“Cuanto lo hicieron con uno
de estos mis hermanos más pequeños,
conmigo lo hicieron”
(Mt 25, 40).
EL CLAMOR DE NUESTROS HERMANOS
Como Comisión Arquidiocesana de Pastoral Social, nos sentimos parte del clamor desgarrador de tantos hombres y mujeres cordobeses que gimen desde la marginalidad y la exclusión rotulados como pobres.
La situación de pobreza generalizada en nuestra provincia y país, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela. Pero el dolor mayor, que desgarra nuestras vidas, son los niños que han quedado presa de discusiones sectoriales poniendo en riesgo la vida en el ámbito de la salud y la educación. No negamos que todos tenemos derechos a vivir dignamente y a conquistar un salario debidamente remunerativo, pero no podemos ser indiferentes -en la acción o en la omisión- cuando los que más necesitan mendigan el alimento de la salud, de la educación, la nutrición y el trabajo digno.
Por esto mismo, necesitamos Instituciones democráticas que garanticen políticas públicas estables; son los más débiles los que necesitan políticas sanitarias, educativas, alimentarias. No habrá derechos humanos en una sociedad moderna, sobre todo de los pobres, sino con buenas Instituciones democráticas que los garanticen.
Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras. Por esto, creemos y animamos a recrear y generar otros caminos en los reclamos sectoriales que no afecten la vida de terceros, sobre todo cuando estos son niños. Debemos generar formas nuevas de diálogo. Solo el diálogo que busca y construye consensos puede llegar a generar políticas públicas que incluyan a todos. “En este sentido, la promoción de políticas públicas es una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos. Ratificar y potenciar la opción del amor preferencial por los pobres que brota de nuestra fe en Jesucristo, «requiere que socorramos las necesidades urgentes y al mismo tiempo que colaboremos con otros organismos e instituciones para organizar estructuras más justas. Igualmente se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales».
Creemos que estamos ante un momento oportuno para promover entre todos un auténtico acuerdo sobre políticas públicas de desarrollo integral” . De lo contrario, el autismo, la hegemonía y el individualismo debilitan la paz social, que terminan poniendo a los más pobres como “rehenes”, que nos hunde aún más en la ignorancia.
La falta de diálogo no conduce a nada, solo a empobrecernos cada día más y a generar nuevas víctimas. Este empobrecimiento no es sólo económico sino también llega a ser de orden ético y moral. Además, constatamos cada día que en lugar de incluirlos se van “cayendo del sistema” quedando totalmente ignorados.
A las puertas de celebrar nuestro Bicentenario, es responsabilidad de todos ser parte de un proyecto de Nación que ponga al más pobre en el centro de nuestra vida nacional y provincial, que incluya a los que desde mucho tiempo esperan ser parte y ya quedaron fuera del sistema. Sistema que entre todos hemos generado.
Esta responsabilidad nos interpela a todos –más allá de los intereses sectoriales- a incluir en nuestras agendas el tema de la pobreza. Sólo cuando mantengamos una mirada desde el bien común podremos comenzar a dar respuestas y superar este flagelo de la pobreza.
“Los cristianos como discípulos y misioneros estamos llamados a contemplar en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en ellos: “Los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo” . Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo: “Cuanto lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25, 40).
COMISIÓN ARQUIDIOCESANA
DE PASTORAL SOCIAL.
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA.
Córdoba, 22 de septiembre de 2009.-
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