Nuestra casa común.
Alabamos al Señor que creó el universo como espacio para la vida y la convivencia de todos sus hijos e hijas y nos los dejó como signo de su bondad y de su belleza. Toda la creación es manifestación del amor providente de Dios y nos ha sido entregada a los hombres para que la cuidemos y la transformemos en fuente de vida digna para todos. Aún cuando hoy se ha generalizado una mayor valoración de la naturaleza, todavía percibimos claramente de cuántas maneras el hombre amenaza y destruye su ‘habitat’. “Nuestra hermana la madre tierra” es nuestra casa común y el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación .
El Señor ha entregado el mundo para todos, para los de las generaciones presentes y futuras. El destino universal de los bienes exige la solidaridad con la generación presente y las futuras. Ya que los recursos son cada vez más limitados, su uso debe estar regulado según un principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible .
La problemática de los residuos –cualquiera sea su origen- no es un asunto de otros o del Estado, es nuestro problema. Como recita un viejo adagio “cada uno es responsable de la basura que genera”. Estamos convencidos que el primer tratamiento de los desechos se deben realizar en nuestros hogares. El Estado deberá administrar los medios para que sean recolectados y tratados en tiempo y en forma.
La magnitud y complejidad del problema requiere del diálogo sereno, de la búsqueda de consensos y del indispensable apoyo de la ciencia y la técnica. En tal sentido, nuestra sociedad cuenta con importantes y valiosas instituciones que nos podrán guiar en el indispensable asesoramiento técnico. Invitamos a las universidades y a las empresas especializadas a brindar su contribución a las soluciones desde sus conocimientos, efectuando aportes concretos que deberán sumarse al diseño de nuevas y definitivas políticas de Estado que den soluciones integrales válidas también para el mediano y largo plazo.
Animamos –sumándonos a la invitación efectuada por el P. Rafael Velasco, Rector de la Universidad Católica de Córdoba – a un diálogo entre todos los actores sociales. Diálogo que se debe dar desde la plena convicción de que la problemática de los residuos es una responsabilidad de todos -en distintos grados- y que entre todos debemos buscar caminos de solución, valorando y respetando al bien común.
Como Iglesia agradecemos a todos los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente. Imploramos a Nuestra Madre del Rosario, Patrona de nuestra ciudad, que nos asista con la luz de su Hijo, Nuestro Señor Jesús.
COMISIONES ARQUIDIOCESANAS
DE CÁRITAS Y PASTORAL SOCIAL.
IGLESIA CATÓLICA EN CÓRDOBA.
Córdoba, 4 de marzo de 2010.