Durante la mañana de este martes 4 de febrero se llevó a cabo el primer encuentro del año que organizamos y convocamos desde la Pastoral Social y la Vicaría de los Pobres de la Arquidiócesis de Córdoba para reunirnos con los distintos actores sociales, políticos y religiosos que están involucrados en la CUESTIÓN ALIMENTARIA y que trabajan cotidianamente en barrios populares, villas y asentamientos de Córdoba.
La reunión se concretó en la parroquia Nuestra Señora de la Misericordia, en barrio Ameghino Norte, de la ciudad de Córdoba, con el doble objetivo de lograr una visión compartida sobre la complicada situación alimentaria que están padeciendo las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad, y para articular soluciones concretas.
Con nosotros, participaron del encuentro representantes de las siguientes instituciones, agrupaciones, partidos y movimientos: Iglesia Evangélica Resplandece; Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE); Corriente Clasista y Combativa (CCC); Agrupación “La Poderosa”; Frente de Organizaciones en Lucha (FOL); Polo Obrero; Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP); Movimiento Evita.
Todos ellos plantearon con crudeza la compleja realidad alimentaria que están viendo y viviendo en los barrios, villas y asentamientos donde tienen presencia y trabajo.
Desde la Pastoral Social y la Vicaría de los Pobres de la Arquidiócesis de Córdoba consideramos que fue una primera reunión muy positiva. Nos ha quedado claro que para la búsqueda de soluciones para el problema del hambre es necesario aunar ideas, proyectos y esfuerzos, y que para eso tendremos que convocar nuevas reuniones. Para la próxima, que, esperamos, pueda concretarse en el Arzobispado, en los próximos días, invitaremos a las autoridades de las áreas vinculadas con las políticas sociales tanto del Gobierno provincial, como de la Municipalidad de Córdoba, y de otras instituciones y agrupaciones vinculadas con el trabajo social territorial.
En este año jubilar que ha convocado e inaugurado el papa Francisco con el lema “La esperanza no defrauda”, nos renueva la esperanza seguir forjando espacios de trabajo conjunto y de encuentro para buscar caminos de diálogo y acciones concretas que curen las heridas de los hermanos y hermanas que más sufren.